miércoles, 5 de diciembre de 2012

Veganas acercáos!...


Parece un versito cuando lo decimos rapidito, pero aunque lo repitamos muchas veces lo decimos porque nos parece importante contar cómo trabajamos. Por eso cada vez que alguien pisa por primera vez La Percalina puede escuchar _con variantes_ lo siguiente; 

_"toda la ropa que tenemos en la tienda tuvo un dueño, y aunque algunas prendas no, la mayoría fue usada, y todas fueron en su momento amadas por alguien. Estos vestidos de diferentes épocas fueron elegidos, muchas veces soñados por alguien para una ocasión especial. Muchas de nuestras prendas son el resultado de la conjunción de un modelo con un género unidos por la mano dedicada de una modista anónima." 

_¿Si somos diseñadoras?... 
_¡nooooo! ¡para nada! ¡Sólo somos "rescatadoras"!

Pero el proceso es largo y lleva bastante tiempo. Cada vez que encontramos una pieza de muchos años que nos gusta lo primero que hacemos es lavarla. Lavarla bien. Lavarla a conciencia. Lavarla a mano, nosotras mismas, con cuidado y respeto. Muchas veces, estar tantos años encerradas en un ropero, una bolsa o una caja les produce daños,  pero lo primero que nos proponemos lograr es que no huela a nada. Antes de empezar a decidir qué arreglo necesitará para volver a vivir, lo primero que queremos es que el blanco vuelva a ser blanco y los colores a estar vivos. Y eso lo da el lavado a mano. 



Dicen que uno de los perfumes que más apreciaba Coco Chanel era el de los pisos lavados con jabón blanco. Bueno, a nosotras también nos gusta ese olorcito simple y feliz del jabón que usaban las abuelas, por eso usamos un jabón tradicional, cien por ciento glicerina. Porque lava mejor y porque preferimos no usar productos de origen animal. Así que ya saben: si son veganas, pueden usar la ropa de La Percalina!