martes, 25 de marzo de 2014

Nuestra elegida del mes


¡Si, lo confesamos!: a veces nos es difícil desprendernos de piezas como esta. Es linda por donde se la mire, tiene una construcción extraordinaria, y cada cuadro de color está cosido completamente a mano con unas puntaditas diminutas.  

foto Victor Wolf


Muchas veces se piensa en la ropa, o en el diseño de ropa, como en algo banal, superficial. Pero les aseguramos que esta aventura nuestra de rescatar la moda del pasado además de rodearnos de belleza nos enseña muchas cosas.

Primero que nada nos enseña a respetar el delicado trabajo manual de quienes cosían con verdadero oficio, algo que en las prendas actuales definitivamente ya no se ve. A menos que podiéramos acceder a las grandes casas de alta costura en serio, nuestras posibilidades actuales de tener piezas únicas y confeccionadas con maestría son casi imposibles.

Por eso, cuando miramos por primera vez el revés de esta maravillosa falda pensamos en la frase de Silvia C. que una vez nos dijo con su inconfundible y sexy voz: "yo soy de la época en que la ropa se veía bien tanto del derecho como del revés".

Esta falda es de esa época, y además sospechamos que muy probablemente sea un diseño de Fridl Loos.

viernes, 7 de marzo de 2014

Las vacaciones ya se fueron... ¿ O las dejamos ir?...


Convengamos en que este fue un verano raro, fresco para ser verano, demasiado caluroso para un verano... La ciudad tenía dos caras, una, oscura, a la luz de las velas, y otra fresca, fresquísima, que dormía al compás del gotear maleducado del aire acondicionado en la vereda. Y la mezcla insólita de calor, lluvia y frío fue pasando así, como corriendo, sin darnos tiempo a disfrutarlo. Hoy ya no se nos ven las marcas imprudentes de los breteles y las ojotas, y solamente en nuestra imaginación quedó el ruido del viento y las olas porque ya se fueron de nuestros oídos y estamos otra vez de vuelta en la ciudad. 

Qué hacer ante la perspectiva de un largo año en el horizonte?... Pues lo que hacían las abuelas: conservas!!! Siempre recordaré la despensa de la mía, que en esta época ya estaba repleta de pilas de frascos con tomates, duraznos y todo tipo de dulces, una manera poética de guardar el sol entre vidrios. 

En las épocas en que se enseñaba economía doméstica en las escuelas las niñas aprendían a organizar los menúes de acuerdo a lo que la Naturaleza brinda, algo que olvidamos en estos días. Lo sabemos, no es lo mismo un durazno guardado en el sótano de un supermercado que uno arrancado de un árbol a la hora de la siesta, no?... 

Pero cómo vivir de acuerdo a los ciclos naturales cuando a diario nos atropella el marketing que celebra las cosas antes de tiempo?... Si, los vimos, los árboles están perdiendo las hojas como si fueran escenografía de un shopping center que quiere convencernos de que el otoño ya llegó y hay que comprar abrigos! Pero no chicas, no es así, aún es verano, fresquito, si, pero todavía verano. Así que convirtámonos en un grupo de resistencia y declaremos nuestra independencia vistiéndonos, hasta que podamos, con hilo y lino, y colgando la ropa en la terraza para guardarla con ese maravilloso olorcito a sol que no da ninguna secadora: esa también puede ser una manera de hacer conservas!


                                                                                                                                                                                  foto: Victor Wolf

Vestido años cuarentas en hilo con bordado Richelieu. El broche en forma de canastita con nomeolvides es de la misma época.