Si estuviste en nuestra tienda seguro que lo viste, era imposible pasar por alto este maravilloso blazer estructurado de Thierry Mugler!
Desde los brochecitos escondidos detrás de falsos botones de terciopelo hasta la súper femenina cinturita exagerada por unos hombros de gran carácter, todo en la hechura de esta prenda es una lección del buen hacer, algo que se extraña en las prendas que llevamos a diario. La sastrería es el fuerte de Mugler y este era un ejemplo perfecto de su extremo cuidado en los detalles.
Unas pocas se lo probaron pero finalmente hoy una afortunada se lo llevó. Podemos decir entonces que Thierry Mugler estuvo en La Percalina pero no lo dejaron quedarse por mucho tiempo: es que sus sacos están hechos para la acción, para llevar a quien lo lleve a caminar por el mundo. Ahhhhhh!...... Lo vamos a extrañar!
sábado, 11 de mayo de 2013
viernes, 3 de mayo de 2013
Con Chanel... ¿ o con satén?
foto Victor Wolf
Todas sabemos que una vez le preguntaron a Marilyn Monroe qué usaba para dormir -"Chanel Número 5 por supuesto"- contestó.
Dicen los historiadores que hasta el siglo XV los hombres y las mujeres dormían desnudos... (o al menos no con una prenda especial para la noche) y que recién entonces se inventó el "camisón". Como las casas eran muy frías el camisón era largo y se confeccionaba en algodón para los menos pudientes y en lana o terciopelo con interior de piel para los más ricos, pero era igual para hombres y mujeres.
Poco a poco las mujeres (¡por supuesto!) los fueron cubriendo de cintas, encajes, borlas y todo lo que encontraron a mano para diferenciarlo del de sus maridos hasta que en el siglo XVIII nació una prenda que con variantes todavía hoy usamos: el negligée. Una evolución del primer camisón pero más ajustado, en seda o brocato, con encajes y plisados que servía, más que para dormir, para usar durante el día en el interior de la casa. Negligée viene del latín neglegere que significa descuidar porque aunque eran paquetísimos, en esa época en que vestirse significaba ajustarse hasta el desmayo con cintas y ballenas bajo capas y capas de géneros, la idea de poder moverse dentro de una prenda que permitía respirar era un verdadero alivio.
Coco Chanel e Isadora Duncan mediante hoy ya no hay corsé, y hasta nos hemos sacado de encima esos incómodos corpiños con aros, pero la vida diaria nos dificulta la respiración en muchas otras formas. Entonces, antes de que el frío nos envuelva definitivamente, y mientras buscamos en el placard a ver qué cosas del año pasado podemos volver a usar y qué hay que guardar, por qué no regalarnos un rato de relax envueltas en ese camisón que heredamos de la abuela y que nunca nos ponemos?...
Si no tenés ninguno, date una vuelta por La Percalina, hay un montón de camisones y mañanitas!... Y para las más atrevidas, también hay baby dolls, o como les dicen en España, "picardías".
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